Mitos sobre el aislamiento térmico

Ahora que ha empezado a llegar el frío y en muchas casas empiezan a encenderse la calefacción, el aislamiento térmico cobra un gran protagonismo para evitar las pérdidas de calor y energía, entre otros importantes beneficios.

Como sabemos en Vivienda Saludable, el aislamiento térmico es un asunto clave en la construcción y renovación de viviendas, y sus beneficios van más allá de la simple comodidad en invierno. Un buen aislamiento térmico supone un mejor confort, conseguir un notable ahorro energético y la prevención de problemas de humedad en casa. De cara a conocer más sobre este asunto, nos hemos propuesto desmontar algunos de los mitos que hay en torno al aislamiento térmico, para comprender lo fundamental que es tener un buen aislamiento en nuestro hogar.

• Solo es importante en viviendas antiguas: Si bien las viviendas antiguas a menudo carecen de un buen aislamiento, es igualmente importante que las nuevas construcciones tengan el mejor aislamiento térmico. De cara a las viviendas antiguas, el aislamiento puede mejorar significativamente la eficiencia energética y el confort, mientras que en las nuevas construcciones, previene problemas futuros y garantiza un mayor ahorro de energía. Una medida muy eficaz en viviendas antiguas cuando queremos mejorar su aislamiento es el cambio de ventanas, ya que la instalación de ventanas de altas prestaciones puede reducir las pérdidas energéticas hasta en un 70%.
• Solo es necesario en invierno: El aislamiento térmico es beneficioso tanto en invierno como en verano, ya que permite tener una temperatura ambiente más estable y agradable. En invierno, ayuda a retener el calor del interior de la vivienda y el confort térmico, reduciendo la necesidad de uso de la calefacción e impidiendo que la energía calorífica se escape o se pierda. En verano impide la entrada de un calor excesivo, manteniendo la vivienda más fresca y disminuyendo la necesidad de utilizar sistemas de aire acondicionado (u otros sistemas de refrigeración), con lo que supone en términos de ahorro energético y, no menos importante, económico.
• Puede generar problemas de humedad: Contrariamente a la creencia popular, el aislamiento térmico puede ayudar a reducir los niveles de humedad en la vivienda al mantener una temperatura constante. Esto previene la aparición de otros problemas serios, como la condensación o el crecimiento de moho.
• Todos los materiales aislantes son iguales: hay varios tipos de materiales aislantes, que ofrece distintos niveles de resistencia térmica. La elección del material adecuado para el aislamiento de tu vivienda depende de una serie de factores como el tipo de aislamiento que se necesite (para las paredes, techos, ventanas… o para todo el conjunto), el clima de la zona o el presupuesto que cada persona maneje.
• Es una inversión muy cara que no merece la pena: lo cierto es que el coste inicial del aislamiento puede variar según el tamaño de tu casa y los materiales elegidos, pero lo que está comprobado es que los beneficios a medio y largo plazo compensan con creces el gasto inicial. Aislando adecuadamente tu casa, puedes reducir significativamente tus facturas de energía y aumentar al mismo tiempo el valor de tu propiedad. Además, muchas comunidades ofrecen incentivos y descuentos para la mejora de la eficiencia energética de la vivienda, lo que hace que el aislamiento sea más asequible.

El aislamiento térmico se ha convertido, hoy por hoy, en un aspecto esencial en la construcción y la mejora de viviendas, y es importante a lo largo de todo el año, independientemente de la estación en la que nos encontremos.