armario huela bien

A todos nos gusta que nuestros armarios y nuestra ropa desprendan buen olor y, en ocasiones, por muchos ambientadores que pongamos, no se soluciona el problema. Quizá es hora de hacer algunos cambios importantes.

Los olores desagradables en los armarios pueden ser provocados por no secar bien la ropa o no ventilarla bien después de usarla, poner demasiado detergente… O también pueden ser generados porque el armario donde guardamos nuestras prendas ha cogido moho o tiene humedades. En Vivienda Saludable sabemos que esto puede convertirse en un quebradero de cabeza y queremos daros unas pautas para que no ocurra.

Trucos para que tu armario huela bien

Una buena revisión

Antes de preocuparte por conseguir un buen olor en el armario, es fundamental descubrir por qué huele mal.

La humedad se manifiesta en forma de desconchones en las paredes o manchas negras en las que proliferan el moho y las bacterias, y puede contribuir a un ambiente de insalubridad que se manifieste en alergias, problemas respiratorios, etc. En los armarios forrados por dentro en madera o contrachapados puede resultar más difícil detectar el problema de forma visual, pero el olor delatará si existen humedades.

Limpieza a fondo

Es fundamental limpiar con frecuencia el interior de los armarios empotrados (roperos) o zapateros y dejarlos abiertos por la mañana para que el aire circule y se ventilen. Ventilar la casa a diario ayuda mucho a prevenir la aparición de humedad.

Se recomienda hacer una limpieza a fondo cada tres meses (o cada cambio de estación), para lo que es básico vaciar por completo todo el contenido del armario.

Lo primero es quitar el polvo. Retíralo con un paño suave o con una toallita atrapapolvo. Si el armario hace mucho tiempo que no se usa, puedes ayudarte de un aspirador

A continuación, prepara una mezcla de agua tibia con unas gotas de vinagre y limón (o un producto de limpieza especifico que tengas en casa), vierte un poco en un trapo y pásalo por todas las baldas y las puertas. Después, asegúrate que las superficies están bien secas antes de volver a colocar toda tu ropa.

Un consejo extra es que no guardes mucha ropa en baldas de escasa altura, evitando que las prendas se almacenen muy comprimidas. Y es que, para poder evitar el mal olor o la aparición de moho, debe existir cierto espacio entre las prendas para que el aire pueda circular entre ellas más fácilmente.

Acaba con las humedades

Si has detectado que el origen del problema son pequeñas humedades, puedes combatirlas de varias maneras. Puedes forrar el interior del armario con madera, dejando una pequeña cámara de aire en el interior, que eviten los malos olores. Pero ten en cuenta que si la madera se ha visto muy afectada, puede que sea el momento de renovar tu armario.

Si ya se ha formado moho, hay que vaciar el armario y ventilarlo bien. Después se deben lavar las manchas con un producto fungicida o, en su defecto, una solución de agua y lejía. Si las manchas son antiguas y ya se han secado, bastará con sellar la pared (si está pintada) con un producto sellador y pintar con una pintura especial para habitaciones húmedas.

Si hay papel pintado, conviene retirarlo, sellar y si se desea continuar con el papel, comprar uno que sea especial antihumedad. En caso de material contrachapado, bastaría con hacer una limpieza con agua y lejía, y posteriormente con un chorro de vinagre diluido en agua para eliminar los olores.

Hay que tener en cuenta que para los zapatos o prendas de piel, la humedad puede afectar a su flexibilidad. Para evitarlo, se deben guardar siempre secos y con un trozo de carbón cerca, que además de absorber la humedad funcione como ambientador natural para evitar los malos olores.

Si el problema de humedades afecta no solo al armario, sino a la estancia completa en la que está, es importante detectar el origen (falta de ventilación, ventanas poco aislantes…) y ponerle solución. Ya que si no, por mucho que pintemos o recubramos nuestro armario, el problema seguirá estando ahí.

Atención al lavado de la ropa

No hay que excederse con el jabón ni con el detergente, ni mucho menos con el suavizante, puesto que puede penetrar en las prendas y dejar su olor impregnado. Cuando termine el programa de la lavadora, tiéndela al momento bien estirada, si es posible al aire libre. Y guárdala tan solo cuando compruebes que está bien seca.

Ten cuidado cuando eches la ropa sucia a lavar, sobre todo si está húmeda (por ejemplo, del sudor de hacer deporte). Lo mejor es que la laves inmediatamente o que la tiendas un poco para airearla antes de echarla al cesto de la ropa sucia.

Ambientadores, grandes aliados

Además de los ambientadores que podemos encontrar en cualquier perfumería o supermercado, podemos fabricar los nuestros propios con pastillas de jabón natural, discos desmaquillantes de algodón con unas gotas de tu perfume favorito… Añade bolas de cedro en los cajones. Si son armarios que no sueles revisar con frecuencia, como los de la casa del pueblo o de tu casa de veraneo, mantendrán también a raya a las polillas.

 

Confiamos en que, con estos consejos, los armarios de tu casa tengan muy buen olor, así como tu ropa, que es también nuestra tarjeta de presentación.

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