cohousing y coliving

Aunque el mercado de la vivienda es tradicionalmente conservador, han llegado nuevos conceptos que apuestan por la innovación, la convivencia y los espacios colaborativos, como el cohousing o el coliving.

Los precios tan elevados de las viviendas, la dificultad para poder acceder a la propiedad de una casa, o la escasez de alquileres económicos son algunas de las razones que han motivado la entrada en escena de nuevas soluciones habitacionales, como el cohousing o coliving. Implantadas con bastante éxito en Europa, en España cada vez tienen más presencia pero, ¿en qué consiste cada una de ellas y en qué se diferencian? En Vivienda Saludable queremos ayudarte a solucionar las dudas que te puedan surgir sobre estos novedosos formatos.

El cohousing y coliving

El cohousing es un modelo de vivienda colaborativa. Funciona como una cooperativa basada en un régimen de cesión de derecho de uso de la vivienda. La diferencia con una cooperativa de viviendas convencional es que aquí la propiedad de estos inmuebles es de la cooperativa y los socios solo tienen un uso indefinido de ella.

Las viviendas que conforman los proyectos de cohousing son privadas y cuentan con una infraestructura básica (dormitorios, baño, salón y cocina), mientras que en las áreas comunes se incluyen salas a disposición de todos los vecinos para hacer comidas o reuniones, salas de juego y estudio para los niños, lavandería, sala de televisión, biblioteca, jardines, talleres, huertos urbanos…

Estos servicios comunes tienen la finalidad de facilitar la interacción y las relaciones entre los residentes, y están organizados según la forma de vida definida por ellos. Así, puede haber servicios para el cuidado de los niños, atención médica para los mayores, limpieza o actividades culturales, etc.

Por su parte, el coliving podría definirse como la evolución residencial del coworking, una extensión al mercado de la vivienda que dota de espacios sociales, laborales y residenciales a diferentes profesionales que comparten un centro o lugar de trabajo y residen en común en una vivienda donde intercambian conocimientos, ideas o experiencias. Se compone de espacios de convivencia que están a disposición de personas que van a estar estancias breves.

El coliving proporciona un alquiler flexible en una comunidad donde conviven con personas afines y encuentran servicios a su medida. Lavandería, cocina, piscina, zonas de trabajo, áreas de ocio, gimnasio o spa son algunas de las facilidades comunitarias que ofrecen los coliving a sus inquilinos. Además de disponer de dormitorios individuales con baño privado, y disfrutar de eventos para socializar y relacionarse entre sí.

 

Cohousing y coliving: diferencias

  • Tiempo: La mayor diferencia entre cohousing y coliving radica en la estancia. Mientras que el cohousing es un modelo de convivencia pensado para una residencia permanente, el coliving se disfruta de un modo más ocasional o breve, está más indicado para residentes ocasionales.
  • Público: Una de las generaciones que más tiende a acercarse al cohousing es la de las personas jubiladas. El cohousing senior, en concreto, surgió en Dinamarca. Las personas mayores que eligen este modelo de convivencia forman una cooperativa y disfrutan de servicios comunes: limpieza, peluquería, enfermería o lavandería. Pueden disfrutar del espacio, pero no es de su propiedad ni lo tienen alquilado. Estos inmuebles son accesibles, es decir, no tiene barreras que puedan plantear obstáculos. El coliving, por el contrario, se dirige principalmente a personas jóvenes que tienen la posibilidad de potenciar su independencia con esta propuesta más económica.
  • Filosofía: El cohousing es una tendencia que inspira una forma de vida que busca el contacto con los demás. Frente a la experiencia de la soledad o el individualismo, este tipo de vivienda propicia el encuentro. Por su parte, el coliving está pensando también para crear sinergias de tipo profesional.
  • Ubicación: El coliving es un concepto urbano, mientras el cohousing busca más el contacto con la naturaleza. De hecho, muchas de las viviendas de este tipo disponen de huertos, entre sus zonas comunes, donde colaboran sus habitantes.

Aunque la presencia de este tipo de viviendas en nuestro país es todavía muy tímida, son una opción recomendable para aquellos que buscan soluciones más respetuosas con el medio ambiente y un mayor contacto con los demás.

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