Un enchufe que ya no funciona, una puerta que no cierra bien, un grifo que gotea… son algunas de las situaciones con las que nos encontramos en nuestro hogar y que pueden suponer un quebradero de cabeza, Sin embargo, con tiempo, paciencia y un poco de ayuda extra, será mucho más sencillo que podamos resolverlas.
No todo el mundo tiene la misma destreza para solucionar las pequeñas averías en casa, ni tampoco todo el mundo tiene un cuñado “manitas” que esté encantado de ayudar. Sin embargo, en Vivienda Saludable estamos convencidos de que las pequeñas reparaciones caseras pueden ser una tarea fácil y agradable si se tienen las herramientas adecuadas y algunos conocimientos básicos.
Por ello, os contamos algunos pasos y consejos básicos para algunas averías frecuentes que pueden darse en nuestro hogar, siempre con la premisa de garantizar nuestra seguridad ante todo:
- Sustituir una bombilla fundida: lo primero es desconectar la corriente eléctrica para evitar sustos (la forma más sencilla es bajar el diferencial general de la vivienda), después hay que desenroscar la bombilla fundida del portalámparas -en sentido contrario a las agujas del reloj– con cuidado de que no se rompa. Para colocar la nueva bombilla (si no sabes cuál es el modelo, lo mejor es ir a la tienda con la que ya no funciona y que te asesoren), enróscala en el portalámparas hasta que esté bien fijada.
- Cambiar un interruptor de luz: tras desconectar la corriente eléctrica, con un destornillador de punta plana extrae el pulsador antiguo. A continuación, retira el embellecedor tirando hacia fuera para que se despegue de la pared y desmonta la caja o placa. Desconecta los cables, pero fíjate bien en cómo estaban colocados para ponerlos de la misma manera. Para colocar la nueva caja, introduce cada uno de los cables enroscados hasta el fondo de cada uno de los orificios y aprieta los tornillos hasta que queden bien sujetos. Por último, encaja la caja en el hueco de la pared.
- Arreglar una puerta que no cierra: Si el problema es por las bisagras que han cedido, puedes desmontar la puerta con cuidado e insertar una o dos arandelas separadoras de latón entre las dos partes de los pernios. Si los goznes están desalineados o sueltos y apretando los tornillos no se soluciona, puede ser necesario reemplazarlos.
- Arreglar una fuga de agua en el grifo: Cuando un grifo gotea, puede ser un problema de la junta. Tras apagar el suministro de agua y cerrar la llave de paso, retira la manija del grifo y la tuerca que lo sujeta. Retira entonces la carcasa del grifo y reemplaza la junta. Vuelve a armar todo y comprueba que ya no gotea.
- Solucionar un atasco en el desagüe: antes de que se llegue a producir el atasco conviene realizar limpiezas periódicas y tener cuidado con lo que tiramos (restos de comida, detergentes, etc). Después de revisar el estado del sifón, podemos echar agua caliente y bombear con un desatascador de ventosa. Si hay agua estancada en el fregadero, conviene desenroscar la tapa (registro) que tiene el sifón en su parte inferior para que el agua estancada salga y, después, desarmar las distintas partes que componen la bajante y limpiarlas con un producto especifico. Y cuidado con los productos que se usan para desatascar, ya que no se deben mezclar dos o más tipos de estos productos químicos por sus componentes.
Estas son solo algunas de las reparaciones caseras más comunes que puedes hacer por tu cuenta, pero siempre recuerda tomar las precauciones necesarias, como apagar la electricidad o cerrar el suministro de agua. Y, si la avería persiste, es demasiado complicada o no nos sentimos capacitados, lo mejor es recurrir a un profesional de confianza.