Uno de los grandes placeres de la vida cotidiana lo encontramos cuando tras finalizar una larga jornada llega la hora de ir a la cama y al disponernos a iniciar el descanso nos envolvemos entre unas sábanas limpias y confortables que aún conservan el perfume del suavizante.
Esta sensación tan deseada nos revela en la mayoría de ocasiones una preferencia por los aspectos más saludables de la ropa de cama. La conservación de la limpieza en las sábanas y el mantenimiento de ciertas condiciones y características de las mismas son aspectos fundamentales para evitar problemas de salud, como las alergias. Todas las personas tienen una pérdida diaria de piel que ronda el gramo diario de media debido a la renovación de las capas más superficiales de la epidermis. Debido al contacto y al tiempo que se pasa en la cama, las sábanas es uno de los lugares donde este hecho se produce con mayor incidencia proporcionando un sustrato de crecimiento para ácaros, y bacterias. Para evitar que esto pueda provocarnos alguna afección del sistema respiratorio o de la piel es necesario tener en cuenta una serie de factores.
1 .En primer lugar la elección de la ropa de cama es un punto crítico a la hora de controlar los posibles perjuicios. Existen muchos materiales que se caracterizan como hipo alergénicos y que deberían ser una preferencia de elección para aquellas personas más propensas a sufrir este tipo de padecimientos, especialmente los alérgicos a los ácaros del polvo y la humedad. La seda y el algodón puro suelen tener esta propiedad hipo alergénica.
2. Es importante también realizar un primer lavado antes del primer uso para eliminar los posibles restos de sustancias químicas derivadas del proceso de fabricación.
3. Para evitar el crecimiento de ácaros también es recomendable airear la cama suficientemente antes de hacerla y si es posible que reciba luz solar de incidencia directa. Una brisa matutina y los rayos de sol sobre las sábanas son grandes aliados para mantenerlas saludables.
4. Por último no hay que olvidarse de aspirar frecuentemente el colchón y de cambiar la ropa de cama al menos una vez en semana. Su lavado ha de llevarse a cabo a la temperatura más alta que nos permita su etiquetado y han de ser secadas preferiblemente al sol, ya que actúa de manera eficaz con desinfectante y como blanqueante.
Mantener de manera continuada esa mencionada sensación de bienestar al cubrirse con las sábanas no solo favorece un mejor descanso sino que además ayudará a mantenernos sanos.