Iluminación casa

Una correcta iluminación en nuestra vivienda puede marcar la diferencia entre un espacio anodino y un ambiente acogedor y cálido. Aunque no existen reglas fijas, existen algunos consejos dependiendo de cada área que queremos iluminar.

Un hogar bien iluminado va más allá de una buena elección de las lámparas. Implica una evaluación de la inversión en bombillas, de la distribución de la casa e incluso del tiempo que pasaremos en ella. Pero el resultado merece la pena, y es que una buena iluminación tiene múltiples beneficios. Para empezar, ayuda a completar con éxito las actividades diarias, por lo tanto, aumenta la productividad, previene problemas de salud, como la fatiga visual, reduce el consumo energético y mejora nuestro estado de ánimo.

¿Cómo conseguir una iluminación eficiente y armoniosa? Desde Vivienda Saludable recordamos que siempre hay que apostar, en la medida de lo posible, por la iluminación natural ya que, entre otros beneficios, aumenta la creatividad, aporta una sensación de optimismo y bienestar visual.

Antes se pensaba que tener grandes huecos iba ligado a un peor aislamiento térmico, pero dada la evolución que ha experimentado el sector de la ventana, ahora podemos instalar amplios ventanales que permitan la entrada de luz natural sin ver perjudicado nuestro confort. Sí que deberemos ser exigentes en cuanto a su elección y optar por ventanas de altas prestaciones térmicas, como las de PVC con sistemas Kömmerling.

Por otro lado, dependiendo de las características de cada estancia, se puede optar por unos elementos y apoyos para iluminar, u otros. Vamos a repasar algunos de ellos:

  • Iluminación del salón

Aunque los usos del salón comedor pueden ser muy distintos, en general interesa que demos luz a la zona del sofá. Conviene que sea una luz indirecta, regulable, cálida y suave (de unos 20 W). Si iluminas desde el techo lo ideal es que instales leds en el perímetro del salón, para que la luz se reparta por toda la estancia.

Las lámparas de apoyo pueden servir para cuando no necesites la luz general de techo, con lámparas de sobremesa en las mesas auxiliares junto al sofá (o una de pie si no tienes mesa). Además de iluminar, son un excelente elemento decorativo.

El televisor conviene iluminarlo por detrás con una luz suave, o desde un lado. Si en tu salón tienes una librería o un gran mueble de comedor, puedes iluminarlo con focos empotrados o con un riel de proyectores que podrás mover.

  • Iluminación del baño

Contar con una ventana en el cuarto de baño es estupendo y no solo para poder contar con una adecuada ventilación, sino para disfrutar de la luz natural. Por supuesto, es importante procurar que quede despejada para fomentar la entrada de luz

Para la iluminación general, si el baño no es excesivamente grande, con un solo punto de luz general suele ser suficiente. Las luces de tecnología led – con su bajo consumo- son perfectas para espacios como el baño.

Para la iluminación puntual que nos permita realizar ciertas actividades como arreglarnos, maquillarnos o afeitarnos, podemos colocar en la zona del lavabo focos orientables o varios apliques. Es importante que no se oriente hacia el espejo.

  • Iluminación de la cocina

La cocina es un espacio de trabajo que debe contar con buena luz. Siempre debe existir una luz general que proporcione una iluminación uniforme. La zona de trabajo en las encimeras debe contar un refuerzo de luz puntual para complementar la general y evitar sombras mientras trabajas, que se puede conseguir colocando LEDs cálidos.

  • Iluminación del dormitorio

Debemos pensar en al menos tres puntos de luz diferentes. En primer lugar, para la lectura, con una lámpara de sobremesa que te permita leer cómodamente y que aporte suficiente luz. También hay otras alternativas si no tienes (o quieres) contar con mesilla de noche como, por ejemplo, las lámparas de techo o los apliques. Después, una iluminación para crear un ambiente relajado (importante que se pueda regular la intensidad y ajustar a lo que cada uno quiera) y que, en cierta manera, nos induzca al sueño. Y, por último, iluminación para vestirse (luz del techo). Es una combinación que te ayudará a que el dormitorio se vea y puedas hacer tus tareas diarias con comodidad.

Otra de las actividades que requieren una iluminación óptima, independientemente de la estancia donde se realicen, es el estudio o cualquier actividad que requiera enfocar la vista. En ese caso debemos contar con una luz homogénea, que debe ser uniforme entorno al lugar donde nos situamos y los elementos implicados en el estudio (libros, apuntes, pantallas…) que es donde fijamos la mirada.

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