Los principales usos de un sistema de colectores solares son:
- Preparación de agua caliente para usos sanitarios: es el agua destinada a consumo humano (potable) que ha sido calentada. Se utiliza para ducharse, para lavarse en el lavabo o en el bidé, etc. Un sistema de energía solar térmica proporciona entre el 30% y el 100% del agua caliente de una vivienda en función de la época del año. La media anual se sitúa entre el 40% y el 50%, por lo que sigue necesitando sistemas de de apoyo convencionales para la producción del total del agua caliente.
- Calefacción: los sistemas de energía solar térmica solo se recomiendan para sistemas de calefacción de abaja temperatura, como el suelo radiante, donde se emplean para precalentar el agua de la caldera. Se estima que el consumo de calefacción puede reducirse en torno a un 25-45%. El problema es que los colectores solares son más eficientes en verano, cuando menos necesidad de calefacción existe.
- Climatización de piscinas: es el uso más adecuado para un sistema de energía solar térmica. La baja temperatura de trabajo requerida permite incluso tipologías de colectores sin vidrio protector, lo que abarata enormemente tanto los costes como el impacto ambiental de la instalación. Además, no necesitan un depósito acumulador puesto que es la propia agua de la piscina la que actúa como tal.
Imagen: Flickr (CMHC-SCHL)