Vivienda Saludable

Principales derramas en una comunidad de vecinos

Facturas con gastos e ingresos

Una lupa muestra los gastos e ingresos de diferentes facturas y recibos

Las derramas son tributos, contribuciones que amortizan todas las personas beneficiadas por un bien material, o el servicio que este presta. Es el pago que los contribuyentes deben realizar para la ejecución y/o el mantenimiento, ampliación de obras y servicios públicos en el lugar donde conviven. 

Si te interesa conocer más al respecto te invitamos a quedarte. En el presente post ampliaremos sobre las principales derramas que pueden contraer los propietarios de una comunidad de vecinos.

Obras para la conservación y restauración del edificio

Existen infinidad de gastos que no están concebidos dentro del presupuesto anual de la comunidad de vecinos, y se convierten en derramas. La mayoría de estos desembolsos se realizan por imprevistos que se presentan en el edificio, los cuales, son de interés común para los moradores. Así como a todos perjudica un desprendimiento de cualquier peldaño de la escalera, a todos también les debe tocar el pago por la restauración de ese escalón. Y es que los abonos que realizan los vecinos se convierten en el único modo de mantener el inmueble en condiciones habitables y seguras.

Entre las principales derramas generadas por concepto de conservación y restauración de un inmueble se encuentran:

Obras para la funcionalidad del inmueble

Existe otro tipo de derramas que no perjudican tanto la seguridad del edificio, pero que sí sufragan gastos por concepto de comodidad, funcionalidad y bienestar común de todos los moradores.

Dentro de ellas no podemos dejar de mencionar:

Principales derramas de una comunidad de vecinos

Se quiera o no la derrama es un concepto que debe manejarse en la comunidad de vecinos porque ningún inmueble está exento de averías y reparaciones que, al fin y al cabo, son de interés para quienes ocupan el edificio.

Por eso hay que planificar presupuestos para las derramas que puedan presentarse, debe escucharse el criterio de los moradores, llegar a un mutuo acuerdo y, cada quien, comprometerse y cumplir con el pago acordado.

Se necesita que todas las personas contribuyan según su sano juicio y sin tener que apelar a la justicia, para que la convivencia en el edificio continúe siendo pacífica, estable y segura.

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