Una de las peores cosas que tiene el verano es la gran cantidad de molestos insectos que hay en esta época del año. Además de ser un incordio, del que a veces no nos libramos ni con agua caliente, lo peor son sus molestas y dolorosas picaduras.
Entre los más comunes de nuestro día a día están las moscas y los mosquitos. Si bien en las piscinas y zonas de campo abundan también las avispas, abejas y tábanos. ¿Quién no ha huido alguna vez de ellos mordiéndose la lengua? En la playa, por su parte, los reyes no son tanto los insectos como las medusas, peces araña y erizos de mar. Pero ése es un capítulo aparte.
Todavía no se ha inventado un método definitivo para acabar con estas plagas “chafa-veranos”, lo que sí hay son diferentes formas, más o menos efectivas, para deshacernos de estos pequeños invasores. Uno de los más comunes es el insecticida, ya sea eléctrico o en spray (este último suele ser más contaminante al tratarse de un aerosol, aunque los hay ecológicos). También es habitual recurrir a los repelentes o las amarillas bombillas antimosquitos y, últimamente, se han puesto de moda las velas antimosquitos.
Y no nos olvidemos que cosas tan sencillas como evitar las colonias, rociarnos con cítricos como el limón, no dejarnos las luces encendidas o mantener la casa limpia y la basura bien cerrada son algunos de los mejores antídotos.
Pero, sin duda, lo más eficaz es que no lleguen a encontrar a su presa, es decir, impedirles que entren en casa. ¿Y cómo lo hacemos? Pues el mejor “repelente” es tener unas buenas persianas e instalar mosquiteras en puertas y ventanas. Un buen ejemplo es el sistema de persiana Rolaplus de KÖMMERLING, el cual nos protegerá de estas “visitas indeseadas”. Además, se le puede colocar una mosquitera enrollable e inalterable entre el vidrio y el paño de persiana, lo que permitirá que entre la luz, pero no los bichos.
Y si a pesar de todo, consiguen picarte, que no te pillen desarmado: ten siempre un botiquín antibichos preparado para estos casos, con lociones de amoniaco en barra o puro, así como alguna pomada o gel que alivie la zona afectada. Y recuerda que, aunque te pique mucho, no debes rascarte ya que sólo conseguirás empeorarlo.