Tener una mascota en el hogar es altamente educativo para los pequeños a nivel emocional, empático y social. Por un lado, la relación con el animal estimula de forma evidente las capacidades afectivas del niño y consigue generar en él actitudes básicas de responsabilidad. Además, por otro lado, el niño aprenderá la necesidad de implicación con su mascota y con sus cuidados.
Las relaciones entre el niño y el animal también ayudarán a empatizar y sociabilizar con mayor facilidad y potenciará la sensibilidad de tu hijo ya que, en este sentido, el pequeño aprende a dar cariño y valorar la respuesta que recibe de su mascota.
Consejos para tener una mascota con niños pequeños
Para que todas estas ventajas sean una realidad, es necesario seguir ciertos consejos que garanticen el bienestar de las mascotas en el hogar y la seguridad de los niños:
1. Garantiza una buena alimentación a tus mascotas. Es importante recalcar la importancia de este factor en la salud de los animales:
- Opta siempre por productos especializados para cada especie; no es lo mismo un pastor alemán que un caniche
- Buscar siempre la calidad y visita regularmente al veterinario
- Garantiza la seguridad ante la presencia de parásitos y enfermedades
- Cerciórate de que los más pequeños no acceden a la comida y demás productos del animal. Lo idóneo es que cada uno tenga su espacio y se respete
2. Atiende las necesidades propias de cada animal
- Si se trata de un perro, sácalo a la calle varias veces al día y lávalo con periodicidad
- Si es un gato, vacía la caja de arena y cepilla el exceso de pelo
- Limpia el contenedor de agua o provee de alimentos frescos a tus tortugas
Una buena opción es enseñar a los pequeños de la casa a que ayuden a realizar estas labores pues será la mejor forma de que entiendan la responsabilidad que tiene la convivencia con animales y, de igual modo, facilitará que la mascota reconozca al pequeño como un miembro activo en sus cuidados.
3. Acostúmbrales a estar juntos
Cuando los niños son aún muy pequeños hay que evitar que se queden a solas con el animal para que no haya posibilidad de que se hagan daño. Poco a poco, cuando los dos se conozcan y el pequeño entienda la delicadeza que se debe tener en el trato con las mascotas, se podrá hacer cargo de parte de las responsabilidades, llegando incluso a jugar a solas con él: dejarle al lado de la jaula del hámster dejará de ser un quebradero de cabeza.
4. Controla los malos hábitos
Como ya se ha mencionado, no es necesario preocuparse por el contagio de enfermedades o parásitos si se atiende correctamente la salud de los animales y se siguen ciertas reglas sencillas. Principalmente, un mal hábito que hay que evitar a toda costa es que los niños besen en el hocico al perro o gato así como que estos se suban a sofás, camas y demás espacios inapropiados. Para ello, es fundamental aquí seguir el consejo de no dejar a solas a ambos y reforzar el aprendizaje tanto para el niño como para el animal desde el principio.
5. Explícales a tus hijos la importancia de la higiene
Es imprescindible enseñar al pequeño la necesidad de lavarse las manos después de tocar las mascotas, así como tras haberse ocupado de sus cuidados. Y en cuanto a los hábitos de higiene, otro aspecto fundamenta es reforzar la limpieza de la vivienda ya que los riesgos y peligros aumentan con animales y niños: ventilaciones diarias, limpiezas a fondo más constantes.
Siguiendo estos pasos, siendo precavido especialmente con la higiene y la alimentación y no olvidando nunca los cuidados del animal, la convivencia entre los más peques de la casa y las mascota en el hogar traerá siempre beneficios y alegrías a todos los miembros de la familia.