El PVC, el plástico menos dependiente del petróleo con diferencia, es un material 100% reciclable, económico, duradero y aislante, que necesita menos consumo de energía en su fabricación y genera menos emisiones de CO2 que otras alternativas. En este artículo hablamos sobre cómo reciclar PVC y sus ventajas a la hora de elegirlo para nuestras ventanas, puertas u otras carpinterías en el hogar.
Cómo se realiza el reciclaje del PVC
Dentro de los planes para la lucha contra el calentamiento global, ha cobrado importancia aplicar una Economía Circular, que fomenta la reutilización de materiales, en vez del «usar y tirar». El reciclaje del PVC es un ejemplo perfecto de Economía Circular.
Los componentes de PVC son 100% reciclables desde el punto de vista físico, químico o energético. Después de que se separen dichos componentes mecánicamente, se procede a moler el material, lavarlo y limpiar las impurezas. Luego, entra de nuevo en el proceso productivo en forma de grano o polvo, para fabricar nuevos elementos.
Para el reciclaje del PVC se usan dos técnicas principales:
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- La mecánica: donde el residuo de PVC se reduce a trozos muy pequeños, que pueden ser fundidos para componer nuevos productos.
- El reciclaje de la materia prima: el residuo de PVC se reconvierte de nuevo en sus componentes químicos esenciales, lo que permite fabricar nuevo PVC a partir de ellos, o bien otros materiales.
Es muy importante que el PVC no sea desechado de cualquier manera. Si no entra dentro de este proceso de reciclaje, tarda mucho tiempo en degradarse y se está perdiendo una oportunidad de reaprovechar el enorme valor del material.
De hecho, incluso si no se aplica para reciclaje, se puede obtener de nuevo un beneficio generando energía limpia en forma de calor a partir de los residuos, algo que se usa en procesos industriales o sistemas de calefacción.
Los récords de reciclaje del PVC
VinylPlus es el compromiso voluntario de desarrollo sostenible de la industria europea del PVC. A través de él se ha reciclado una cifra récord de 639.648 toneladas en 2017. Esto se ha conseguido principalmente a través de Recovinyl, organización creada en el año 2003 para facilitar la aplicación de los planes de recogida y reciclaje de residuos.
Esta cifra hace que se esté en el buen camino para cumplir el objetivo de 800.000 toneladas de reciclaje del PVC para 2020.
Otras ventajas ecológicas del PVC
Elegir este material no solo es la solución más ecológica por la capacidad de reciclaje del PVC, tiene otras características que lo convierten en la opción ideal.
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- Fabricación con menor impacto ambiental: Ya que el PVC genera menos emisiones y consume menos energía según los estudios, que otras alternativas como el aluminio o la madera.
- Durabilidad: El PVC puede aguantar hasta 100 años, no se oxida y no se corroe, lo que hace que no sea necesario sustituirlo durante mucho tiempo. Eso elimina residuos y la necesidad de fabricar y consumir sustitutos.
- Fácil de limpiar y mantener: Lo que reduce el uso de químicos especiales o contaminantes para mantener el buen estado del material.
- Excelente aislamiento térmico y acústico: Lo que permite ahorrar en la factura de la luz y el consumo de energía de nuestro hogar, además de aportar un mayor bienestar.
Como vemos, la facilidad para reciclar PVC, además de otras características que lo hacen superior al resto de alternativas, convierten a este polímero en la mejor decisión a la hora de plantearnos puertas y ventanas aislantes para nuestro hogar. Ten el cuenta que no todo el PVC es igual, en Kömmerling tienen una formulación propia. Se mire como se mire, en términos de eficiencia o ecología, el PVC es la opción óptima y sostenible.
